
¡Manos en Riesgo!
Protege tu piel de las dermatitis ocupacional.
Descubre cómo prevenir y combatir esta enfermedad que afecta a miles de trabajadores.
La dermatitis de contacto ocupacional representa aproximadamente el 80% de todas las enfermedades ocupacionales de la piel, con una prevalencia entre el 6,7% y el 10,6%. Las ocupaciones con alto riesgo de dermatitis alérgica de contacto ocupacional incluyen los trabajadores agrícolas, de la construcción, de la salud, limpieza, peluqueros, mecánicos y maquinistas. En esta enfermedad se observa una carga económica enorme no solo por los costos del tratamiento como tal, sino por las pérdidas indirectas como la disminución de la productividad en el trabajo, ausentismo e incluso abandono de la ocupación.
La dermatitis de contacto es un trastorno inflamatorio de la piel causado por alérgenos o irritantes que entran en contacto directo con la piel.
La exposición repetida al agua, temperaturas extremas, la oclusión prolongada de la piel con botas o guantes, el contacto con solventes, materiales cáusticos (como ácidos) y el microtrauma por fricción en la piel, llevan a la alteración de la barrera cutánea, principal factor de riesgo para que se desarrolle esta enfermedad.
La dermatitis de contacto ocupacional puede dividirse en dermatitis de contacto alérgica (DCA) y dermatitis contacto irritativa (DCI). Con frecuencia, los trabajadores pueden sufrir una combinación de ambos tipos.
La DCI ocurre por el efecto citotóxico directo de un agente químico o físico sobre la piel, puede ocurrir con la primera exposición y activa una respuesta inmunológica de reparación. Ocurren generalmente por la exposición crónica y acumulativa a irritantes débiles como el agua y el jabón.
Otros irritantes más fuertes (ácidos, bases, detergentes) pueden provocar síntomas clínicos de inmediato.
La DCA ocurre por la sensibilización al sistema inmune y la activación de una respuesta de hipersensibilidad mediada por células. En la fase inicial, la sensibilización, se caracteriza porque tras el contacto con una sustancia hay un reconocimiento por parte del sistema inmune y se establece una respuesta con liberación de mediadores inflamatorios y activación de células. Con la reexposición, se produce la fase de elicitación y las células específicas que habían reconocido esa sustancia son reclutadas o activadas en el sitio de contacto, lo que conduce a una cascada inflamatoria y da como resultado una inflamación de la piel.
La DCA y la DCI suelen ser clínicamente indistinguibles, lo que dificulta el diagnóstico. Tiene diferentes manifestaciones según el tiempo de evolución, en su fase inicial o aguda generalmente se presenta con picazón, enrojecimiento, vesículas y descamación de la piel; en las fases subaguda o crónica se presenta con engrosamiento de la piel, fisuras, heridas y descamación.
Comprender las labores desempeñadas y la exposición a alérgenos en ocupaciones de alto riesgo puede ayudar a orientar la historia clínica, el examen físico y la elección de los alérgenos para las pruebas diagnósticas.
Es fundamental que busques de un profesional médico en alergología clínica para obtener un diagnóstico preciso y explorar las opciones de tratamiento más adecuadas para tu situación y lograr así ¡mejorar tu calidad de vida!
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